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El contenedor amarillo da una segunda vida a los envases ligeros - WDC2022
El contenedor amarillo da una segunda vida a los envases ligeros
20 Sep 2022 /

El contenedor amarillo da una segunda vida a los envases ligeros

El amarillo es un color que llena de orgullo las calles de València durante este año de 2022. Pero también está estrechamente ligado a aquello que en las últimas décadas ha inundado el mundo: los envases. Al contenedor amarillo se destinan los envases ligeros. Su función es proteger, conservar y transportar todo tipo de elementos que facilitan la vida a la ciudadanía en tiempos acelerados.

El reciclaje del plástico tiene un proceso complicado y la mejor solución es ser conscientes de la limitación de su uso. El contenedor amarillo se llena cada vez con mayor rapidez y es el más difícil de vaciar, casi imposible. La mayoría de los plásticos no se reciclan, según la OCDE. Tan sólo se aprovecha para un segundo uso el 9% de los residuos plásticos generados en el mundo. En València y el resto de España, Ecoembes, una organización sin ánimo de lucro, se encarga de recoger el contenedor amarillo para su posterior reciclaje y prolongación de su vida, a través del rediseño.

La Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos de València (EMTRE) tiene que lidiar con muchos de estos envases a causa del proceso de separación de residuos en las casas, cuando llegan a sus plantas el contenido de los contenedores gris y marrón de los 45 municipios del Área Metropolitana de València.

El correcto reciclaje comienza mucho antes de elegir el color del contenedor donde depositar los residuos. Empieza en la toma de decisiones responsables con el medio ambiente durante la compra. Todo es parte del proceso, desde llevar tus propias bolsas, hasta comprar al peso en recipientes reutilizables. Para esto, el ecodiseño propone emplear tejidos orgánicos para bolsas reutilizables como algodón, yute y cáñamo.

En el momento de la compra, el consumidor dispone de un abanico de opciones para llenar la cesta. Aunque tal vez sólo precise caminar hasta el final de la calle y entrar en una verdulería para comprar a granel, en vez de adquirir unos champiñones envueltos en tiras infinitas de plástico. Porque la mejor manera de implementar el proceso de reciclaje es no necesitarlo. El movimiento ‘Zero Waste’ o ‘Residuo Cero’ cuenta con multitud de seguidores y fuentes de consulta a la mano de cualquiera que quiera unirse: vídeos, podcasts, libros, cuentas de redes sociales…

Una vez minimizado el riesgo, toca separar aquello que no se ha podido evitar, ni reutilizar. La nueva campaña de la EMTRE recuerda que son los envases ligeros (plásticos y metálicos) los que se destinan al contenedor amarillo. En la imagen de la campaña ‘Pensar antes de tirar’, la mayoría son reconocidos como procedentes de la cocina. Y es que casi todos los envases no orgánicos relacionados con los alimentos deben tener como destino el contenedor amarillo: briks, botellas, latas, tapones, tarrinas, bandejas de aluminio y un largo etcétera.

El diseño propone soluciones a los residuos ya existentes, pero hay que trabajar en todo el proceso de manera responsable, reduciendo, reutilizando, reciclando y apostando por el diseño sostenible.

La educación ambiental es clave para lograr una reducción de los residuos que producimos y para que, una vez generados, sean separados de manera adecuada en origen. Recordemos que un 80% de los residuos depositados en el 2021 en el contenedor de resto debería haber ido a otros contenedores.

El margen de mejora que hay en este contenedor con la sensibilización ciudadana redundaría en una segunda vida de estos residuos, que se convertirían en nuevos recursos en el modelo de economía circular.

¿En qué se convierten todos estos residuos? Los estudios de diseño invierten en reciclar y repensar los envases para evitar la producción de envases y rediseñar los ya existentes. Más allá de las botellas 100% recicladas o reciclables, el ecodiseño propone:

El estudio SomeOne ha diseñado la identidad visual de Ocean Saver, un producto de limpieza que utiliza envases disolubles.

La agencia brasileña SaadBranding+design ha presentado un nuevo packaging de bombillas reutilizable. Se trata de un embalaje multifuncional fabricado con un material duradero y reciclable que permite darle un uso posterior.

La empresa Ecovative Design ha creado papel de embalaje de setas como alternativa 100% compostable frente a las espumas plásticas, empleado por la marca Shrine para proteger sus velas.

EcoBirdy ha creado una serie de muebles con material reciclado 100% de plásticos de juguetes viejos.

El diseño de las bolsas de té Chatu es 100% reciclable, está fabricado con pulpa moldeada y teñida con colorantes naturales. En el interior del packaging las hojas de tea están dispuestas dentro de bolsas con dos capas de algodón para ofrecer un envase transpirable y eco-friendly.

Ante todo, una de las claves fundamentales del reciclaje se encuentra en el diseño principal del producto. Es preciso igualmente revisar el momento 0, la compra responsable. Para elegir, hay que priorizar los productos creados con menos cantidad de residuos a reciclar, o que sean biodegradables. Si no se puede evitar el consumo de envases ligeros, la mejor opción es recurrir a diseños reciclables o que ya han sido reutilizados. El diseño propone soluciones a los residuos ya existentes, pero hay que trabajar en todo el proceso de manera responsable, reduciendo, reutilizando, reciclando y apostando por el diseño sostenible.

La responsabilidad es común y nos implica a todos: diseñadores, empresas productoras, consumidores, gobernantes e instituciones públicas. Cada uno debe aportar su grano de arena para cambiar el actual sistema productivo y alcanzar la sostenibilidad a través del modelo de economía circular.

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