El papel de nuestra vida
04 Nov 2022 /

El papel de nuestra vida

Si la crisis climática es tan grave como dicen los científicos, ¿por qué ésta no es la primera noticia cuando enciendes la televisión, escuchas la radio o lees los periódicos?”; “Si la quema de combustibles amenaza nuestra existencia, ¿cómo podemos continuar quemándolos?, ¿por qué no hay restricciones?, ¿por qué no es ilegal hacerlo?”. Todas estas preguntas tan lógicas se las hacía una joven Greta Thunberg hace cuatro años cuando, desde su perplejidad, decidió iniciar el movimiento #FridaysForFuture para intentar convencer a la gente de que no podemos ignorar el cambio climático y hacer como que no pasa nada. 

No todos podemos ser Greta, pero sí todos podemos incorporar hábitos saludables a nuestra vida diaria que también lo son para el planeta. El cambio climático es el resultado de la suma de muchas malas decisiones derivadas de nuestra forma de vida que, siendo realistas, es totalmente insostenible. Tomar conciencia no implica provocar eco ansiedad, es simplemente ver lo que hay. Aunque cueste. 

Greta Thunberg Fridays For Future
Juventud cambio climático

Una tonelada, 18 árboles

Vayamos a lo cercano. Por cada tonelada de papel y cartón que se recicla se evita la tala de 18 árboles. Tanto el papel como el cartón son dos de los residuos más habituales en la mayoría de las papeleras del mundo. De hecho, se calcula que, en España, el 40% de la basura de la que nos deshacemos es celulosa, que es la principal sustancia de la que se compone el papel y el cartón. 

La industria papelera, hoy en día, para hacer papel y cartón utiliza cada vez más las virutas y el serrín de los aserraderos, así como papel y cartón reciclado. Es decir, no necesariamente ha de talarse el árbol para conseguir materia prima a partir de la que poder realizar la fabricación del papel. Aun así, la mayor parte de la materia prima procede de los árboles. 

El contenedor azul

El 80% del reciclaje de papel deriva de negocios y empresas, incluyendo tanto las compañías que utilizan estos materiales, como también aquellas que lo producen. Queda un 20% restante de residuos que se corresponde con la labor de los ciudadanos, a través del reciclaje de papel y cartón en los contenedores azules disponibles por todo el territorio nacional.

Es importante recordar que solo deberían destinarse al contenedor azul papeles y cartones totalmente limpios. Por ejemplo, no podemos echar un cartón de pizza manchado. Ese cartón iría, junto al papel de cocina sucio o las servilletas de papel usadas, al contenedor de residuos orgánicos.

Debido a que algunos papeles no entran en el ciclo del reciclaje bien porque los guardamos, como los libros, o porque se deterioran o destruyen con su uso, como el papel higiénico, se estima que el porcentaje real de recogida de papel para reciclar está actualmente en torno al 85% del consumo, no en el 100%.

Reciclar papel y cartón también tiene un impacto positivo a la hora de reducir la cantidad de basuras que generamos, ya que disminuye una parte importante de los desperdicios que terminarían en incineradoras o, peor aún, desperdigados en la naturaleza.

Lo que no se tira no contamina y por tanto no hace falta reciclarlo. Eso debería, a estas alturas del siglo, ser un mantra generalizado. Es la famosa regla de las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. 

El papel post-petróleo

El informe “La era de la celulosa” recoge un amplio panorama de innovadores productos con las nuevas tendencias del sector del papel y cartón, como el papel higiénico que limpia las tuberías, el saco de cemento que desaparece, la celulosa procedente de la leche o del cacao, los biocomposites de celulosa hi-tech para el automóvil o el envase de cartón que enfría el cava, entre otras muchas muestras de innovación papelera “made in UE”. La era de la celulosa ha comenzado: no hay límites para la celulosa y el papel en la nueva era post-petróleo. La bioeconomía es ya una realidad. 

La elección de materiales es, entre otras, una de las más relevantes a la hora de reducir el impacto negativo de nuestro trabajo y trabajar la sostenibilidad en el diseño.

Algunas propuestas innovadoras

Papermilk, el papel fabricado con fibras de leche, del Gruppo Cordenons Spa, al incluir fibras de leche en el proceso de producción del papel produce el resultado de un papel especial que permite todo tipo de impresión y soluciones de embalaje y es un soporte de comunicación realmente atractivo. 

GreeNest, de la firma de embalaje Huhtamaki, es una caja de huevos muy verde ya que está fabricada a base de fibras de pastos. Contener de forma segura los huevos y, a la vez, contribuir positivamente al medio ambiente es un reto alcanzado aquí. Esta innovadora huevera, hecha en un 50% de fibras de pastos, deja una huella de carbono y consumo de agua menor que el de otros similares, además de ser reciclable, biodegradable y compostable.

Estudios valencianos: la sostenibilidad es sexy

El packaging, acercándonos a algo vinculado directamente con el diseño, tiene un papel importante en las decisiones de compra del consumidor e incorpora funciones de comunicación y protección cada vez más sofisticadas. 

Con diseños innovadores y soluciones de conectividad, el packaging de papel y cartón es la respuesta sostenible a las nuevas demandas del mercado. El embalaje para productos electrónicos con alas protectoras, el embalaje antihumedad, los palés de cartón, la multicaja para la compra online, las nuevas soluciones para botellas y latas o el saco de cemento que desaparece son solo algunos ejemplos.

Estudios valencianos de diseño como Hoy es el día o Inma Bermúdez trabajan a diario con un compromiso con la sostenibilidad como única forma viable de hacer su trabajo. 

El estudio alicantino Hoy es el día explica que se calcula que el 80% del impacto ambiental de un producto se define en la fase de diseño, por tanto, “la elección de materiales es, entre otras, una de las más relevantes a la hora de reducir el impacto negativo de nuestro trabajo y trabajar la sostenibilidad en el diseño». 

Ellos recopilan tanto materiales como estrategias, para elegir cómo usarlos y conseguir un diseño lo más sostenible posible, entre los que se encuentran el papel y el cartón, “considerados saludables, ya que proceden de una materia prima natural, renovable, biodegradable, reciclable y de baja intensidad energética. Sin embargo, en el ciclo de vida de los mismos juegan numerosos factores que merece la pena tener en cuenta a la hora de elegirlos correctamente”. 

Otros estudios que trabajan en esta línea son Apu’a, Monnou o EstudiHac, que se han propuesto concienciar en su área de influencia, ser parte de la solución y hacer sexy la sostenibilidad. 

El periódico que se planta

En Japón, uno de los países que más gases de efecto invernadero emite debido a la cantidad de fábricas contaminantes con las que cuenta y a la superpoblación de algunas de sus ciudades, han ido más allá. 

El Mainichi Simbun es el periódico más antiguo del país, fundado en 1872, y tiene una tirada de cerca de seis millones de ejemplares diarios. Hace poco produjeron una edición especial, impresa en tinta vegetal y con miles de semillas insertadas entre sus fibras de papel reciclado, cuya finalidad era ser plantado después de leído. 

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