Con la referencia al libro “Factfulness”, de Hans Rosling, Ola Rosling y Anna Rosling Ronnlund, Oyer y Nando se distancian del mindfulness para pasar a la acción. Pero para poder pasar a los hechos hay que tener muy claro cuál es el fin de estos. Hoy nos parece una locura el casarse por conveniencia, no sucede lo mismo al pensar en el trabajo por conveniencia. “¿Eliges a lo que te quieres dedicar con el corazón?” es la pregunta que lanzan a los asistentes, y enlazan a su vez con otra “¿cuánta vida te está costando tu sueldo?”. Y es que cuando las personas (y las empresas) se plantean su propósito es cuando pueden reformular su vida para estar en lo que les gusta y en lo que se les da bien hacer.
Ambos lo tienen claro, y eso se transmite en su discurso y actos: despedir a clientes es otro concepto que lanzan. Escogen trabajar con clientes buenos (que no perfectos), porque solo así se puede generar un cambio hacia lo que ellos nombran como «activismo empresarial», donde caben: políticas renovadas, trabajar de una manera más cómoda, y con ello realizar un mejor trabajo, y ética, valores, y ganar dinero también, pero no por encima de todo. Una filosofía que además les ha llevado a implantar las paellas estratégicas, donde se terminan de definir esas relaciones que pueden salir bien.