Pero, ¿somos felices en nuestras ciudades…?
A continuación, Rafa Rivera (arquitecto activista en la transformación de la ciudad de Valencia desde los años 80), Sol Candela (directora de Fundación Arquia) y Nuria Matarredona (Directora General de Innovación Ecológica en la Construcción en la Generalitat Valenciana), fueron las figuras encargadas —junto a Izaskun Chinchilla y Eliseu Arrufat— de poner fin a la jornada en un formato de mesa redonda dirigida por Pedro Torrijos.
Estas fueron las ideas destacadas de la tarde:
“La ciudad no es divertida si su gente no es divertida. La ciudad no es generosa si su gente no es generosa. Se podría ser más feliz, ya lo sé. Pero menos también”. — Rafa Rivera.
La ciudad es un altavoz de quien tiene recursos. ¿Cuánta gente vive en la ciudad a la defensiva? — Eliseu Arrufat.
El equilibrio es fundamental. No hay nada más triste que un cartel que prohiba jugar a la pelota. Gestionar no es prohibir, es compatibilizar. — Rafa Rivera.
No debemos hablar de renuncias en la ciudad, sino del efecto de nuestras acciones con respecto al resto de la sociedad. — Sol Candela.
Vivimos en ciudades mediterráneas: bien aclimatadas a nuestras geografías, que podemos caminar de norte a sur, tenemos usos diversos muy mezclados a lo largo y ancho del mapa… La ciudad generosa está en realidad a la vuelta de la esquina. — Izaskun Chinchilla.
La cuidad no deja de ser el reflejo de lo que su gente cree que puede llegar a ser. — Nuria Matarredona.
En definitiva…
Encuentros como «La ciudad generosa», con figuras de primer nivel nacional en el campo de la cultura, el urbanismo y la arquitectura, demuestran la gran apuesta que pueden hacer las instituciones por generar espacios de aprendizaje y contribuir al bienestar de la ciudadanía.
Que la ciudad generosa se convierta en la ciudad del futuro, solo el tiempo —y su gente— lo dictaminará.