III. Tarde

03:40: Pérdidas. La flor comienza a marchitarse. Su estructura se debilita, comienza a perder elementos externos. Es el primer síntoma de su declive. Glissandi (caídas) y rebotes rítmicos.

03:58: Los trece círculos. Avanza la tarde y con ella la Flor Solar va perdiendo fuerza, intensidad y tamaño, hasta quedar reducida a los trece círculos que conforman su estructura central. Empiezan a cobrar protagonismo los instrumentos de viento-metal.

03:59: Pétalos blancos. Con una estructura más liviana, los círculos se mueven de forma coordinada en grupos independientes, a su vez van palideciendo y perdiendo su fuerza cegadora. La gran Flor Solar se descompone en pequeñas flores que giran mostrando sus recién estrenados pétalos blancos. Ritmos definidos con los instrumentos de viento-metal y percusión.

04:29: Pérdida de la circularidad. La masa de color sigue disminuyendo. Los trece círculos van perdiendo su circularidad para convertirse en hexágonos recortados. Su presencia se encuentra en mínimos. Notas tenidas, para acompañar esa desaparición.

04:45: Estrella negra. La oscuridad avanza, la luminosidad del día confirma su declive. La estrella formada por los pétalos centrales se torna negra y avanza estirando sus brazos. Solo de los instrumentos de doble caña (oboes, corno inglés, fagot) desafinados, a modo de aparición de un luto nepalí.

04:56: Giros. Comienza el duelo entre luz y sombra. La estrella negra gira intentando ocupar nuevos espacios. La luz la persigue defendiendo su espacio. Otros instrumentos se van sumando, con un contrapunto que aumenta la densidad.

05:04: Estrellas negras y movimientos tácticos. Es una batalla perdida. La sombra crece en progresión geométrica y lo invade todo. La luz ya debilitada cede ante su adversario. Sigue aumentando la densidad y también el tempo.

05:18: Triunfo de la oscuridad. La oscuridad total, después de una luz cegadora, da paso a una visión cósmica. Todo cae estrepitosamente hacia los sonidos graves.