Las políticas de diseño, por tanto, no son sólo aquellas que instan a la sociedad a utilizarlo, sino también aquellas que predican con el ejemplo, mostrando cómo las administraciones públicas pueden integrar con éxito tanto los métodos y procedimientos del diseño para afrontar los problemas como las diferentes disciplinas que integran la profesión: comunicación, espacios, productos, servicios, experiencias, digital, etc. Sin embargo, en nuestro congreso no nos limitaremos a celebrar casos de éxito.
También ahondaremos en los factores que pueden contribuir a que las relaciones entre diseño y política sean más fructíferas. Es por eso que trataremos sobre la formación del diseño, y de cómo orientar un perfil profesional que cada vez va a tener que afrontar retos más complejos y alejados del diseño tradicional. Por otro lado abordaremos el reto de la comunicación pública del diseño y su comprensión por parte de la sociedad en general, ya que no es posible avanzar en la adopción del diseño si la ciudadanía no está familiarizada con la palabra y su concepto.