Pixelarte aceptó el proyecto porque les permitía abarcarlo todo. “La investigación o el proceso creativo se inicia mucho antes de que llegue el cliente, con la contratación de personal”, apunta Timoteo. Se refiere a que el equipo, el hecho de que el reclutamiento de sus trabajadores incluya a personas inquietas culturalmente, permite que se responda con agilidad y valor añadido. “Nos tomamos unos días para que todo el mundo investigue sin dejar de atender a los clientes. Pasado ese tiempo, encendemos el proyector y cada uno enseña lo que ha encontrado. Y comentamos”.
El proyecto de The Fitzgerald es un referente de marca para hamburguesas. Para muestra un botón: empresas de Rusia, Argentina y Etiopía, entre otros países, han contactado con Pixelarte para trabajos similares. Eso sí, Timoteo es firme: “no repetimos proyectos. Muchos de los restaurantes de muchos países que han querido que trabajemos para ellos nos piden exactamente replicar The Fitzgerald. Es algo que, como estudio creativo, no nos podemos permitir”. De hecho, frente a los retos que presentaba esta empresa, también había unas virtudes: “no todos los clientes te permiten poner en la calle y en las mesas algo que se avanza a su tiempo. A menudo, quieren lo que ya está en la calle y funciona, pero eso ni impactará ni perdurará”.