«La arquitectura, la luz y los ritmos circadianos tienen un impacto directo en nuestras emociones», afirmó, «e incluso lo que no vemos impacta en nuestra conducta». Dierseen también señaló la importancia de aplicar estos nuevos conocimientos a los hospitales, pues la iluminación circadiana —basada en el control de la luz para ayudar a la gestión de los ritmos circadianos— ha demostrado ayudar en pruebas realizadas en los descansos de personal sanitario y con personas enfermas. En la misma línea, la neurobióloga destacó los beneficios de los proyectos de interiores biofílicos y estéticamente bellos.
Ana Lluch, catedrática de medicina, hizo hincapié en la humanización hospitalaria bajo la premisa de que: «los pacientes y sus familias no tienen que sentir un hábitat diferente al ambiente de su casa. De hecho, la sala de espera debería llamarse sala de estar.» En relación a estos espacios en concreto, Lluch apuntó que: «el problema de la sala de espera en los hospitales reside en algo más profundo que en la simple estética y en aprovechar las bondades de la tecnología. En el diseño de estas estancias requieren de prestar atención a la información, la relación con el entorno, la acústica y el mobiliario. Importantes elementos para las necesidades de los enfermos.»
La doctora e investigadora en oncología repasó otros lugares clave de los centros sanitarios —la consulta, la sala de tratamientos, las habitaciones de pacientes de larga duración…— desde la perspectiva del diseño de interiores. “Se trata de tener una visión holística de la dimensión biomédica sin abandonar la dimensión humanista. Por ello, es necesario escuchar a pacientes y familias y hacerles partícipes de la creación o reforma de sus espacios.”
La arquitecta Benedetta Tagliabue afirmó que una buena arquitectura puede ofrecer sensaciones necesarias para los enfermos: «y no solo la del hospital, sino también la de su alrededor, siempre teniendo en mente la importancia de la presencia de espacios verdes en ellos». Tagliabue relató cómo los arquitectos trabajan a nivel intuitivo, con sus propias experiencias y sensaciones, para luego aplicarlas en sus creaciones. «Pensamos en cómo hacer que la persona se sienta mejor y cómo ello puede hacer que su salud mejore para impulsar los tratamientos.»