World Design Spotlight: Carteles de Fallas 2016 por Ibán Ramón
14 Mar 2022 /

World Design Spotlight: Carteles de Fallas 2016 por Ibán Ramón

Es tradición popular atribuir el origen de las Fallas al hecho de que en marzo, al iniciarse la primavera, los carpinteros limpiaban sus talleres y sacaban restos de madera a la calle para ser quemados. Con el tiempo, a esos carpinteros se unieron los vecinos en la recogida de trastos viejos para quemar en la hoguera. Es lo que se conoce como “l’estoreta velleta”. Este origen histórico fue uno de los principales argumentos del trabajo que desarrolló el diseñador Ibán Ramón para la imagen gráfica de las Fallas de 2016, un año especialmente importante porque las fiestas valencianas optaban a convertirse, como así fue, en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

El diseño ha estado presente en la creatividad fallera desde que, en 1929, la Sociedad Valenciana del Fomento de Turismo pensó que era una buena idea crear un cartel representativo de la fiestas grandes de Valencia. Su creador ese primer año fue el artista José Segrelles. 

Desde entonces, el diseño ha definido, también por omisión, tanto la parte gráfica proyectada en llibrets y revistas, como la propia concepción de los monumentos pero, sobre todo, su presencia ha sido visible en los carteles anunciadores de la fiesta, donde nombres como Josep Segrelles, Vicent Canet, Rafael Raga, Santiago Carrilero, Vicente Ballester, Enrique Yelo o Manuel Boix han tomado parte. 

El diseño ha estado presente en la creatividad fallera desde que, en 1929, la Sociedad Valenciana del Fomento de Turismo pensó que era una buena idea crear un cartel representativo de la fiestas grandes de Valencia.

Volviendo al diseño que nos ocupa, el del año de la declaración de la UNESCO, de entre los objetos obsoletos que el diseñador Ibán Ramón buscó por rastros y talleres, seleccionó aquellos que aportaban un contenido simbólico, todos ellos realizados en madera. 

Para el diseño de la campaña y la serie de carteles de Fallas 2016 se tuvo en cuenta, como contexto principal, la posible inclusión, aquel año, de las Fallas en el catálogo de patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO. La imagen gráfica debía ayudar a entender la magnitud cultural e interés de esta fiesta. Por lo tanto la imagen debía explicar la propia fiesta, poniendo en valor algunos de sus aspectos”, explica el diseñador Ibán Ramón. 

Entre esos objetos hallados encontramos herramientas como el formón y el cepillo, que representan el trabajo colectivo y la tradición de los talleres de artistas falleros y carpinteros. Un metro de madera que simboliza la técnica y la creatividad, y una escuadra, herramienta tradicional de trabajo de arquitectos y diseñadores, quienes también se están incorporando, poco a poco, a la creación de las fallas. 

Una vieja horma de zapato, en alusión a la vestimenta tradicional. Una peonza por aquello de lo lúdico, del divertimento público y en representacion de la infancia. Y unas letras de una antigua imprenta tipográfica, que simbolizan la literatura fallera, el trabajo desarrollado por poetas, guionistas, escritores de llibrets, pero también el de estudiosos e investigadores.

Todos estos elementos se sitúan en el plano de lo material y de la realidad, pero forman parte de un plano posterior en el que son representados de manera muy sintética escenas típicas de estas fiestas: la mujer fallera, la música tradicional, el fuego consumiendo una falla y el humor representado por un ninot.

El encargo, inicialmente, es hacer un cartel anunciador de fallas. Eran las primeras veces que se ponía en práctica una «llamada a proyecto”, un modelo de contratación profesional que sustituyó a los concursos de carteles anteriores, abiertos a todo el público y con resultados cuestionables. En el contexto citado anteriormente, y tenida en cuenta la envergadura del objeto a comunicar, propusimos por primera vez en la serie de carteles oficiales de Fallas, una campaña gráfica compuesta por 4 carteles coordinados entre sí y un cartel “teaser” previo”, apunta el diseñador.

La secuencia de imágenes propuesta se inicia con un cartel que introduce la campaña y que actúa como gancho de intriga. Se utiliza esta pieza para generar expectación, pero sobre todo para introducir el concepto y ayudar a entender más tarde el tema principal de la campaña “las diferentes actividades como materia de construcción de la fiesta”. Finalmente, se difunde la serie completa de Falles de València 2016, que forma parte de una extensa imagen coordinada con multitud de aplicaciones en las que el simbolismo de los diferentes objetos adquiere todavía más sentido.

“El principal reto fue tratar de reflejar simultáneamente los aspectos culturales y los festivos, y que, manteniendo aspectos de la iconografía tradicional, todo encajase también dentro de una estética contemporánea” Ibán Ramón

“El principal reto fue tratar de reflejar simultáneamente los aspectos culturales y los festivos, y que, manteniendo aspectos de la iconografía tradicional, todo encajase también dentro de una estética contemporánea”, explica Ramón.

“Un aprendizaje fundamental que quedó de aquel trabajo fue lo oportuno de ser fiel a la idea sin anticipar resultados, y que la complejidad de los objetivos de comunicación se pueden atender desde un punto de partida sencillo. Fuimos recopilando “trastos” en el propio estudio, en modo “estoreta velleta”. Objetos viejos de madera, a partir de los cuales se construyó la imagen. Logramos mantener el eje conductor desde el principio”, concluye. 

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