Entre esos objetos hallados encontramos herramientas como el formón y el cepillo, que representan el trabajo colectivo y la tradición de los talleres de artistas falleros y carpinteros. Un metro de madera que simboliza la técnica y la creatividad, y una escuadra, herramienta tradicional de trabajo de arquitectos y diseñadores, quienes también se están incorporando, poco a poco, a la creación de las fallas.
Una vieja horma de zapato, en alusión a la vestimenta tradicional. Una peonza por aquello de lo lúdico, del divertimento público y en representacion de la infancia. Y unas letras de una antigua imprenta tipográfica, que simbolizan la literatura fallera, el trabajo desarrollado por poetas, guionistas, escritores de llibrets, pero también el de estudiosos e investigadores.
Todos estos elementos se sitúan en el plano de lo material y de la realidad, pero forman parte de un plano posterior en el que son representados de manera muy sintética escenas típicas de estas fiestas: la mujer fallera, la música tradicional, el fuego consumiendo una falla y el humor representado por un ninot.