El proyecto nació en 2013, con una primera campaña de crowdfunding, pero fue en 2016 cuando Closca inicia su actividad constante como marca y como proyecto. Carlos Ferrando, actual CEO de Closca, junto a Rafa Cerdá y Carlos Hernández decidieron que querían diseñar productos que cambiaran la actitud de las personas para hacer las ciudades más amables. Con esa premisa se lanzaron a crear.
Fruto de casi dos años de colaboración entre la startup valenciana Closca Design y el equipo de la consultoría creativa y estratégica CuldeSac, el resultado final fue este diseño, que busca equilibrar estilo, funcionalidad y seguridad, y que fue galardonado con el prestigioso Red Dot Design Award 2015.
Closca está formada, hoy en día, por un equipo de 14 personas divididas entre los departamentos de Operaciones, Diseño (gráfico e industrial), Marketing y Comunicación, Desarrollo Digital y Administración. Desde su sede en Valencia se realiza el diseño de todas las fases del proyecto.
El diseño innovador del casco, con tres piezas que se pliegan hasta quedar plano, le permite absorber mejor los impactos, además de distinguirse estéticamente de los cascos que se utilizan habitualmente para ir en bici. Las viseras personalizables y el chip NFC, que permite compartir información entre el casco y el usuario, aportan la parte tecnológica de la creación.
El casco está pensado para bicicleta y es para este medio de transporte para que el que se han obtenido las mayores certificaciones de seguridad en Europa y Estados Unidos (CPSC & EN1078). Reduce a casi un 50% de su tamaño respecto a su tamaño original cuando se pliega, lo que permite poder guardarlo en un bolso o una mochila de manera sencilla.