A principios de la década de 1930 se configuró lo que, décadas más tarde sería la Plaza del Ayuntamiento, entonces llamada de Emilio Castelar, centro neurálgico de Valencia. Esa nueva plaza renovó su edificación perimetral dando lugar a las magníficas muestras arquitectónicas que hoy en día aún se conservan. Entre esos edificios que jalonan la plaza está el Rialto, una obra que se empezó a construir en 1935 y se terminó en 1939.
La familia Serrano Llácer fue la que encargó al arquitecto valenciano, de ascendencia genovesa, Cayetano Borso di Carminati González (Valencia, 1900-1972), que levantara un edificio con un complejo programa que comprendía salas de cine para 1400 personas, salón de té y un restaurante.
Con la vista puesta en otros cines contemporáneos similares como el berlinés Universum, el parisino Gaumont o los madrileños Barceló y Capitol, nacía un edificio definido por su propio autor como “marcadamente monumental” y el primero de ese calibre en la ciudad.