World Design Spotlight: Espai Verd
22 Mar 2022 /

World Design Spotlight: Espai Verd

Construido en los años 80 por el arquitecto Antonio Cortés Ferrando en medio de la huerta más cercana a Valencia, el edificio Espai Verd supuso un hito en la ciudad al fusionar en un mismo espacio, en forma de propiedad cooperativa, viviendas con zonas comunes y llenarlas de vegetación frondosa. 

Otra de sus particularidades fue que, en su construcción, las casas se orientaron de la forma más óptima, bioclimáticamente hablando, cambiando la disposición original de la trama, es decir, alterando el planeamiento urbano, con sus consiguientes críticas, para orientar el edificio a sur-este de forma que ningún jardín diera al norte estricto, con un soleamiento más escaso. 

Las viviendas, que quedaban organizadas en tres tipos: plantas bajas, dúplex y tríplex, todas ellas con espacio exterior privado de 95 metros cuadrados incluido, obtenían así la mejor luz solar posible, aunque eso supusiera una ubicación un tanto peculiar en los 8.000 metros de solar que ocupa.

Este edificio enclavado en Benimaclet, uno de los barrios más antiguos de Valencia y que, a día de hoy, aún parece un pueblo, nació por el empeño de Cortés Ferrando en construir algo parecido a Habitat 67, el complejo de viviendas situado en Montreal diseñado por el arquitecto israelí-canadiense Moshe Safdie, que apostaba por viviendas ajardinadas en alturas. Otros referentes que se tuvieron en cuenta para su construcción fueron el Walden 7, de Bofill, en Barcelona, y los movimientos utópicos de los 60, como Superstudio, Archigram o Archizoom.

Actualmente, 108 casas distribuidas en 15 plantas forman la comunidad de vecinos de esta construcción de silueta contundente, brutalista, con un estilo de arquitectura innovadora y pionero en la sostenibilidad ambiental en la ciudad. Los jardines exuberantes, con una vegetación abundante tanto en zonas comunes como particulares, es la más característica de sus señas de identidad. 

Ese componente ecológico que define a este sitio fue el sueño hecho realidad de unos amigos, las personas que impulsaron su construcción, que querían vivir en la ciudad pero rodeados de naturaleza.

El edificio Espai Verd supuso un hito en la ciudad al fusionar en un mismo espacio, en forma de propiedad cooperativa, viviendas con zonas comunes y llenarlas de vegetación frondosa. 

Espai Verd participa y se conecta con el resto de las zonas verdes de la ciudad: hasta se ha documentado cómo interviene el edificio y su vegetación en las rutas migratorias de las aves de paso. Hay muchas especies que visitan y anidan en Espai Verd, y ese estudio queda plasmado en un mural, elaborado por los vecinos, en la imponente entrada a este magnífico edificio.

Lo vegetal es el elemento vertebrador de este proyecto que, gracias a ello, goza de un microclima envidiable, pero también es importante destacar la vertiente tecnológica del edificio. 

Antonio Cortés desarrolló, por su afición a la tecnología y la informática, la incorporación de una red de banda ancha de telecomunicaciones hace treinta años, cuando apenas nadie disponía de ella.

Para Cortés, también la componente comunitaria fue fundamental, lo que queda reflejado en la dotación del edificio, que cuenta con un oratorio interreligioso. Además de una piscina comunitaria y un club social. 

Fotos: Eduardo Manzana. 

¿Quieres recibir nuestras noticias?

Suscríbete