WORLD DESIGN SPOTLIGHT: Fernando Moreno Barberá
20 Sep 2022 /

WORLD DESIGN SPOTLIGHT: Fernando Moreno Barberá

Si hay un arquitecto ligado a la imagen universitaria de la ciudad de València es Fernando Moreno Barberá. Suyos fueron los edificios proyectados desde finales de la década de los años 50 que son plenamente modernos: la Facultad de Derecho (1956-1959), la Escuela de Ingenieros Agrónomos, que realizó conjuntamente con Cayetano Borso (1958-1967), la Facultad de Filosofía y Letras (1960- 1970) y el Campus de Deportes (1961). Moreno Barberá se encargaría, además, de las obras de la Universidad Laboral de Cheste, entre 1965-1970. 

El hormigón visto, el cristal y la madera fueron los materiales que Fernando Moreno Barberá articuló en su forma de hacer y entender la arquitectura aplicada a sus construcciones valencianas, esas que vertebran la avenida Blasco Ibáñez y por las que ha desfilado una gran parte de los estudiantes universitarios de la ciudad, muchos de ellos sin saber que entraban cada día a aprender en unos edificios que representan, en todo su esplendor, al Movimiento Moderno de los años 50 y 60.

La huella de Mies Van der Rohe, con el tratamiento del acero y el cristal, y la de Le Corbusier, con el potente hormigón, quedaban plasmadas en estos edificios universitarios. Se construía así una parte fundamental del patrimonio de la ciudad y un ejemplo magnífico de la mejor arquitectura hecha en València en el siglo XX.

Fernando Moreno Barberá (1913-1998), de madre valenciana, cursó los estudios convencionales de Arquitectura en Madrid e, inmediatamente después de haber obtenido el título, en 1940, comenzó su formación en Alemania, donde vivió un ambiente muy avanzado en materia arquitectónica, amplió sus conocimientos de urbanismo en la Technische Hochschule Charlottenburg de Berlín y, al año siguiente, en la Technische Hochschule de Stuttgart, bajo la tutela del profesor Paul Schmitthenner, de quien aprendió la importancia de la técnica y los materiales. 

Todas las obras valencianas de Moreno Barberá, quien tenía una actitud claramente cosmopolita, muestran una manera de entender lo moderno basada en la articulación, en el conocimiento de las ideas corbuserianas y en una aproximación al proyecto compleja y personal, que el arquitecto ya había acometido, por ejemplo, en el Centro de Investigaciones Calvo Sotelo en Madrid (1945). El conjunto arquitectónico valenciano va más allá de la importancia de cada uno de sus edificios para formar parte de una idea constructiva de lo que sería la larga avenida. 

En la Universidad Laboral de Cheste (1965-1970), primero concebida al estilo de la Ville Radieuse, de Le Corbusier, y luego realizada con ciertos criterios organicistas, Moreno Barberá introdujo, además, un componente del neo-brutalismo, con grandes volúmenes de hormigón visto como el que ya había utilizado en la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos de Córdoba (1964-1968), todo ello sin olvidar la importancia del espacio exterior. Al mismo tiempo, siguió cultivando su preocupación por los materiales y técnicas constructivas de la modernidad, pero atendiendo especialmente a la topografía, al clima, a la orientación, a la vegetación del entorno.

La gran habilidad constructiva del arquitecto queda patente en los detalles de sus obras, cuyo mantenimiento fue previsto tanto por los materiales empleados, como por el diseño de los acabados y la precisión técnica que utilizó, garantizando, en general, su conservación con el paso del tiempo.

Pese a las excepcionales características de su obra, Fernando Moreno Barberá ha sido menos reconocido por parte de la crítica especializada, dentro de la Historia de la Arquitectura, de lo que su obra merecería.

El año 2000 supuso un punto de inflexión en este sentido y se le rescató del olvido gracias a que, por una parte, se incluyó la Facultad de Derecho de Valencia en el Registro de Arquitectura Moderna 1925-1965 (DOCOMOMO Ibérico), con el reconocimiento que ello conlleva, y, por otra, Fernando Moreno Barberá von Hartenstein, hijo del arquitecto, donó el archivo profesional completo al Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, abriendo nuevas posibilidades en la investigación de sus trabajos. 

Desde entonces, el estudio de la figura de Fernando Moreno Barberá se ha materializado en exposiciones, en tesis doctorales y en publicaciones. 

Actualmente, todas sus obras del Campus de Blasco Ibáñez están incluidas en el registro DOCOMOMO Ibérico, entidad que destacó la Facultad de Derecho de Valencia entre los proyectos españoles más importantes del periodo 1925-1965.

 

Fotos: Eduardo Manzana y Fundación DOCOMOMO.

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