Originariamente, esa autopista fue denominada A-17, como continuación de la Autorute francesa A9, ya que formaba parte del primer tramo que se construyó de lo que hoy se conoce como AP-7. En 1986 se renombra como autopista A-7. La estrategia de la Administración valenciana era aprovechar que la autopista cambiaba de nombre para introducir esos reclamos turísticos en las salidas de los tramos pertenecientes a la Comunitat.
Benidorm fue el primer cartel que se diseñó y aquel dibujo contenía todo lo que la ciudad simbolizaba contado con un lenguaje gráfico, sintético y que comunicaba rápidamente a los visitantes qué podían encontrar.
Sol, playa, el teatro romano de Sagunto, el castillo de Peñíscola, los langostinos de Vinaroz, la cúpula de Altea… muchos tópicos pero todos muy efectivos para unas ilustraciones que, casi cuarenta años después, siguen cumpliendo su función sin perder ni un ápice de modernidad.
Fotografía: Estudio de Dani Nebot.